Rincones ocultos de Venecia.

Caminar, caminar. ¿Parar? No, sigue caminando hacia donde la multitud te lleve. Esa es, a veces, la sensación de pasear por Venecia. Una ciudad que puede ser tan maravillosa como insufrible en tan sólo diez metros.
Pero basta con girar a la izquierda o a la derecha en el primer callejón que se cruce en tu camino para que pasear por esta ciudad vuelva a ser un mágico viaje entre algodones en el que contemplar cuanto te rodea, sin ser arrollado por el estruendoso clamor de pasos engullidores de adoquines.
Y aprovechando que nos alejamos de bullicio dispondremos de más tranquilidad para ir a la búsqueda de rincones únicos y escondidos que nos ofrece esta fascinante ciudad.





Luis Freire